De Cerillito al Caudillo, la vida de Franco en viñetas: «En su juventud se fragua el psicópata que acabó siendo»

<p class=»ue-c-article__paragraph»>Hay una viñeta en la que a <i>Cerillito</i>, tan poquita cosa y con esas orejas de soplillo, le cae una lluvia de bolas de papel en el cole. Dos dibujos después, su padre también le zurra en casa. «Incapaz de ganarse su aceptación -dice el bocadillo- Cerillito<strong> buscó librarse del dolor negando la necesidad de cariño y afecto</strong>». Ya en la Academia de Infantería de Toledo, <i>Cerillito </i>pasó a ser <i>Franquito</i>. Igual de canijo, con aquella voz aflautada, carne de novatadas por su escaso interés por el sexo, la juerga y el alcohol en las noches de cuartel. Luego le apodaron <i>Comandantín </i>porque aquel chico algo <i>pringao </i>y bastante acomplejado se convirtió, pese a todo, en el comandante más joven de nuestro país. Y antes de ponerse él mismo el mote de <strong>Caudillo de España por la gracia de Dios</strong>, todavía le conocieron un tiempo como <i>Miss Islas Canarias</i> por su evasivas desde Santa Cruz de Tenerife cuando el levantamiento militar era inminente en la península.</p>

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 El dibujante José Pablo García y el historiador Paul Preston se alían para convertir en novela gráfica la biografía más completa del dictador: «Franco se ha convertido en un meme, pero el cómic permite aportar matices a una personalidad muy compleja»  

Hay una viñeta en la que a Cerillito, tan poquita cosa y con esas orejas de soplillo, le cae una lluvia de bolas de papel en el cole. Dos dibujos después, su padre también le zurra en casa. «Incapaz de ganarse su aceptación -dice el bocadillo- Cerillito buscó librarse del dolor negando la necesidad de cariño y afecto». Ya en la Academia de Infantería de Toledo, Cerillito pasó a ser Franquito. Igual de canijo, con aquella voz aflautada, carne de n

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