<p>Lo suyo fue un amor del bueno, puro, inocente y transformador. El fallecimiento del actor y dramaturgo Juan Margallo a los 84 años ha enlutado el universo teatral español dejando desconsolada al gran pilar de su vida, <strong>Petra Martínez (80), una de las intérpretes más sólidas de nuestra historia reciente</strong>. El matrimonio recibió en 2022 el Premio Nacional de Teatro por su «profundo y permanente compromiso con la escena».</p>
El matrimonio ha sido una de las piezas clave del teatro independiente de las últimas cinco décadas. Se conocieron por casualidad. Ella acudió con su novio a ver la obra Calígula donde nada más ver a Juan vestido de romano sufrió un colapso emocional. Rompió con su chico y el resto es historia
Lo suyo fue un amor del bueno, puro, inocente y transformador. El fallecimiento del actor y dramaturgo Juan Margallo a los 84 años ha enlutado el universo teatral español dejando desconsolada al gran pilar de su vida, Petra Martínez (80), una de las intérpretes más sólidas de nuestra historia reciente. El matrimonio recibió en 2022 el Premio Nacional de Teatro por su «profundo y permanente compromiso con la escena».
Como no podía ser de otra manera, la relación de Juan y Petra surgió en el teatro, que no en el trabajo. Corría el año 1964 cuando Petra, a sus veinte años, quería apostar todo por ser actriz. Con esas ganas por querer aprender acudió con su novio a ver la obra Calígula en el teatro Bellas Artes donde Juan Margallo, de 24 años, interpretaba a Escipión. En cuanto apareció aquel mocetón con su gran cabellera morena luciendo unas piernas de modelo, Petra no tuvo duda. «Supe que aquel sería el hombre con el que me quería casar», dijo hace varios años durante una entrevista.
Para ello hacía falta deshacerse de su novio, y vaya si lo hizo. Le puso una excusa pueril y se lanzó a la conquista. Como ella misma confesó a El País, «yo siempre me he fijado mucho en las piernas de los hombres, me gustan mucho. Y al verlas pensé: ¡qué piernas tan bonitas! Claro, iba con esas faldas de romano». Su amor estaba destinado a perdurar en el tiempo. Juan también sintió algo especial.
Volvieron a coincidir en las clases de interpretación en el prestigioso Teatro Estudio de William Layton. Empezaron a salir, él pasaba más tiempo del estrictamente necesario en el camerino de ella en el teatro y, por fin, llegó el primer beso mientras Petra representaba en 1966 la obra Cuando para la hora de acostarse en el Teatro Beatriz de Madrid.
Ambos siempre demostraron estar adelantados a su tiempo. Cuando supieron que esperaban su primer hijo se fueron a vivir juntos y, poco después, llegó su boda en Gibraltar en 1968 ya que no querían casarse por la iglesia. Para despistar a las autoridades tuvieron que viajar vía Tánger e incluso la madre de ella tuvo que falsificar su pasaporte. Tuvieron dos hijos, Juan y Olga, que han seguido los pasos artísticos de sus progenitores.
El matrimonio emprendió el camino del teatro independiente con la creación del grupo Tábano, luego vino El Búho y la creación en 1985 de su compañía Uroc Teatro por la que recibieron la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2011. De esta manera pudieron tener control sobre sus propias obras sin perder de vista su compromiso ético y social.
Petra sintió el gusanillo de la actuación de pequeña cuando acudía los sábados con sus hermanos al cine de barrio, pero ver el rodaje en plena calle de Megatón Ye-Ye (1965) fue el impulso definitivo. Tras preguntar al equipo dónde se podía matricular para aprender le aconsejaron el Taller de William Leyton. Durante su infancia, Juan también quiso dedicarse al espectáculo, pero al pertenecer a una familia de militares parecía que su futuro tenía que vestir de uniforme. Y como era mal estudiante tuvo que tragar. Hasta que formó parte del Teatro Español Universitario (TEU) de Cáceres.
A lo largo de más de medio siglo de amor, Petra y Juan se han compenetrado en los peores momentos, han sido de tener tertulias durante largas horas, de intimar con compañeros para seguir ilustrándose sobre teatro y de ofrecer a sus hijos la libertad de poder elegir. En los últimos años el matrimonio tuvo momentos muy dulces en compañía de sus nietos.
Juntos han representado Noche de Reyes, Castañuela 70, El regalito de Don Cristóbal, La sangre y la ceniza y, Clasycos, entre otras muchas obras. La generación X les recuerda porque el matrimonio presentó durante un tiempo Barrio Sésamo. Desde hace una década, Petra ha calado entre los adolescentes por su papel de Fina Palomares en La que se avecina y también ha aparecido en Machos alfa. Por su parte, Juan no estuvo tentado por la televisión e hizo muy poco cine, pero sí de calidad, como El espíritu de la colmena (1973). Hace seis años fue candidato al premio Goya al mejor actor de reparto por Campeones.
Petra es una fuera de serie. No conoce fronteras, pero las cruza siempre con educación y, a ser posible, con una gran sonrisa. Cuando en 2022 le entregaron el premio Feroz por su interpretación en La vida era eso, en su discurso de agradecimiento no se cortó: «La masturbación está totalmente silenciada, y yo lo hago tres o cuatro veces al día». La sala aplaudió a rabiar y lo más divertido es que Juan siempre había sido consciente.
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