La ronda de contactos con los líderes de los partidos políticos que este jueves realizó el presidente del Gobierno, una toma de temperatura informal del Parlamento ante decisiones inminentes para cumplir con el compromiso europeo de aumentar el gasto en defensa, venía obligada por su propio discurso. Acertadamente, el Gobierno lleva semanas afirmando que España y sus socios europeos se encuentran en un momento trascendental para definir su futuro ante la doble presión de la amenaza imperialista de Rusia y el giro de Estados Unidos. Sin aportar detalles o novedades, algo difícil en un escenario geopolítico tan inestable, el presidente comunicó el compromiso del Gobierno con el consenso básico alcanzado en Bruselas para fortalecer la seguridad y defensa europea y su compromiso de que el incremento de gasto en esa dirección no mermará el Estado de bienestar. La economía española está creciendo, argumentó, y hay margen. El presidente inició ayer la tarea de explicar a los españoles cuáles son nuestras vulnerabilidades y nuestras fortalezas en este momento.
La reunión de Sánchez con los grupos parlamentarios debe dar inicio a un clima político a la altura de la gravedad del momento histórico
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional
La reunión de Sánchez con los grupos parlamentarios debe dar inicio a un clima político a la altura de la gravedad del momento histórico


La ronda de contactos con los líderes de los partidos políticos que este jueves realizó el presidente del Gobierno, una toma de temperatura informal del Parlamento ante decisiones inminentes para cumplir con el compromiso europeo de aumentar el gasto en defensa, venía obligada por su propio discurso. Acertadamente, el Gobierno lleva semanas afirmando que España y sus socios europeos se encuentran en un momento trascendental para definir su futuro ante la doble presión de la amenaza imperialista de Rusia y el giro de Estados Unidos. Sin aportar detalles o novedades, algo difícil en un escenario geopolítico tan inestable, el presidente comunicó el compromiso del Gobierno con el consenso básico alcanzado en Bruselas para fortalecer la seguridad y defensa europea y su compromiso de que el incremento de gasto en esa dirección no mermará el Estado de bienestar. La economía española está creciendo, argumentó, y hay margen. El presidente inició ayer la tarea de explicar a los españoles cuáles son nuestras vulnerabilidades y nuestras fortalezas en este momento.
España llega tarde al debate nacional sobre la seguridad europea, y la española con sus particularidades, que debe echar a rodar cuanto antes y generar la necesaria pedagogía para que una mayoría sólida de españoles comprenda de qué forma interpela la coyuntura histórica a su modo de vida y al futuro de la UE.
La cita en La Moncloa fue la primera reunión a solas de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en año y medio. Desbrozado de exageraciones, espinas y acusaciones, el discurso de Feijóo este jueves, tras reunirse con Sánchez, fue poner al PP a disposición de decisiones de aumento de gasto en defensa coherentes con el compromiso general alcanzado con amplísimo consenso en las instituciones de la UE, gobernadas por su familia ideológica. Tiene razón Feijóo al afirmar que este asunto “trasciende al Gobierno de Sánchez”: es una cuestión de Estado que comprometerá a sucesivos gobiernos durante años. Pero esa verdad le interpela a él más que a Sánchez. Es incomprensible que Feijóo, que aspira a gobernar, regara su comparecencia con su habitual lenguaje de agitación y frases de consumo rápido tuitero, impropio de la gravedad del debate. En este asunto, el partidismo no saldrá gratis. Pedro Sánchez pareció entenderlo así: describió el encuentro como “cordial” y renunció a responder a Feijóo. El portavoz del PNV, Aitor Esteban volvió a acertar: “No vamos a jugar a hacer política interna en un tema tan grave”.
La actitud de la alternativa de gobierno contrastó con la de los líderes de los demás partidos, en tono y en contenido. Podemos, Bildu, ERC y el BNG comunicaron al presidente, con distintos grados de contundencia, su conocida oposición al aumento del gasto en defensa, sin entrar en las exigencias del nuevo contexto histórico. Todos ellos exigieron que el debate se lleve al Parlamento y se expresaron con respeto al Ejecutivo en un momento de extrema dificultad como el que atraviesa Europa. Respeto, en definitiva, a sus votantes y a los ciudadanos en general.
De la ronda de este jueves se deduce que Sánchez no tiene ninguna intención de someter a votación parlamentaria el aumento del gasto en defensa. La mayoría de sus socios no lo apoya y el PP lo utiliza para desgastarlo y mostrar su soledad en este tema. La geometría variable no es posible en España ni ante el momento más delicado de Europa en décadas. Es verdad que la Constitución otorga al Gobierno la iniciativa en política exterior y de defensa, como lo es que el compromiso de llegar al 2% del PIB no es suyo porque está asumido por España desde 2014. Pero la ausencia del apoyo de las Cortes en este trascendente debate nacional es una anomalía de la que todos son responsables.
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