Marta Candás (voz y letras), Elisa G. Gómez (teclado, guitarras, segunda voz, producción y mezclas), Sara Rego (bajo y diseño) y Eva Llavona (batería y fotografías) son Viuda, un grupo de nombre tan rotundo como los títulos de algunas de sus canciones: Ramera, Provinciana, Mala… “Nos gusta utilizar conceptos populares que tienen un componente negativo claro y específico hacia la mujer y hacerlos nuestros. El de viuda ni siquiera define a una mujer por sí sola, sino por la condición de esposa, pero en el grupo poco tiene que ver con una mujer apenada, más bien juega irónicamente con la muerte de la figura masculina. Nuestra Ramera es una mujer independiente a la que no le importa la opinión social, y así con todo”, explica Marta, portavoz de una banda que se formó en Gijón alrededor de 2020 y que, el año pasado, publicó su primer álbum, Provinciana.
Con él y con sus directos han comenzado a despuntar en la escena underground con un estilo que mezcla con mucha personalidad la oscuridad del post punk con influencias de la copla y del folclore asturiano. También por unas letras en las que conviven el mundo rural e industrial, la superstición atávica y problemas sociales como el paro y la precariedad. “Muchos pueblos han visto cambiar su economía y forma de vida y el contraste forma parte de nuestra identidad, creo que los asturianos tenemos una relación ambigua con esto, que va del odio a la romantización y el orgullo. El hecho de que muchas de las viejas fábricas y minas hayan sido abandonadas también simboliza un proceso emocional”, apunta la vocalista. “Nos interesa especialmente la perspectiva de las mujeres, ya que a lo largo de generaciones han sido testigos y, muchas veces, las principales agentes del cambio en sus comunidades. En algunas de las fábricas más importantes solo trabajaban mujeres, como las cigarreras de Cimadevilla, a las que hemos dedicado un tema”, añade.
Otra de las características definitorias de Viuda es su apuesta por una estética cuidada y muy propia. “Nos gusta crear un imaginario que refleje lo que queremos transmitir. En directo, por ejemplo, siempre tocamos de negro haciendo honor al nombre de la banda y solemos tener sobre el escenario un ramo de claveles haciendo honor a lo cañí de Viuda. En cuanto a la imagen, siempre hemos querido que se note esa tensión entre lo orgánico y lo digital, entre lo tradicional y lo contemporáneo, con una carga simbólica que ayude a entender lo que contamos en las canciones. Es algo que creo que se ve en nuestros videoclips, portadas y fotos: queremos que haya una sensación de estar al límite, de algo que se desintegra o se transforma. No buscamos la perfección, sino la autenticidad”, concluye Marta Candás.
Marta Candás (voz y letras), Elisa G. Gómez (teclado, guitarras, segunda voz, producción y mezclas), Sara Rego (bajo y diseño) y Eva Llavona (batería y fotografías) son Viuda, un grupo de nombre tan rotundo como los títulos de algunas de sus canciones: Ramera, Provinciana, Mala… “Nos gusta utilizar conceptos populares que tienen un componente negativo claro y específico hacia la mujer y hacerlos nuestros. El de viuda ni siquiera define a una mujer por sí sola, sino por la condición de esposa, pero en el grupo poco tiene que ver con una mujer apenada, más bien juega irónicamente con la muerte de la figura masculina. Nuestra Ramera es una mujer independiente a la que no le importa la opinión social, y así con todo”, explica Marta, portavoz de una banda que se formó en Gijón alrededor de 2020 y que, el año pasado, publicó su primer álbum, Provinciana. View this post on Instagram A post shared by VIUDA (@somos.viuda)Con él y con sus directos han comenzado a despuntar en la escena underground con un estilo que mezcla con mucha personalidad la oscuridad del post punk con influencias de la copla y del folclore asturiano. También por unas letras en las que conviven el mundo rural e industrial, la superstición atávica y problemas sociales como el paro y la precariedad. “Muchos pueblos han visto cambiar su economía y forma de vida y el contraste forma parte de nuestra identidad, creo que los asturianos tenemos una relación ambigua con esto, que va del odio a la romantización y el orgullo. El hecho de que muchas de las viejas fábricas y minas hayan sido abandonadas también simboliza un proceso emocional”, apunta la vocalista. “Nos interesa especialmente la perspectiva de las mujeres, ya que a lo largo de generaciones han sido testigos y, muchas veces, las principales agentes del cambio en sus comunidades. En algunas de las fábricas más importantes solo trabajaban mujeres, como las cigarreras de Cimadevilla, a las que hemos dedicado un tema”, añade.Otra de las características definitorias de Viuda es su apuesta por una estética cuidada y muy propia. “Nos gusta crear un imaginario que refleje lo que queremos transmitir. En directo, por ejemplo, siempre tocamos de negro haciendo honor al nombre de la banda y solemos tener sobre el escenario un ramo de claveles haciendo honor a lo cañí de Viuda. En cuanto a la imagen, siempre hemos querido que se note esa tensión entre lo orgánico y lo digital, entre lo tradicional y lo contemporáneo, con una carga simbólica que ayude a entender lo que contamos en las canciones. Es algo que creo que se ve en nuestros videoclips, portadas y fotos: queremos que haya una sensación de estar al límite, de algo que se desintegra o se transforma. No buscamos la perfección, sino la autenticidad”, concluye Marta Candás. Seguir leyendo EL PAÍS