Ira Lombardía, (Asturias, 1977) lleva años indagando sobre la relación entre las imágenes y cómo, a lo largo de los tiempos y desde la iconografía, han sido apropiadas, interpretadas y reformuladas para generar distintos significados. Artista, investigadora y docente, trabaja con diferentes medios como el vídeo, el diseño gráfico o la escultura, y la fotografía. De esta última le interesa su vínculo con la realidad, y sus dinámicas en torno a la objetividad y la memoria. De ahí que, de manera constante, la artista desarrolla estrategias que cuestionan los paradigmas hegemónicos, como en Lecciones de geometría, su última exposición celebrada en la Galería Alarcón Criado, en Sevilla, donde alude a cómo algo, en apariencia, tan inocuo como la geometría puede estar lleno de contexto político y social.
Lombardía pertenece a una generación que aprendió con lo analógico y que, de algún modo, tuvo que desaprender con la llegada de Internet, los teléfonos inteligentes y las redes sociales. “Ser de esa generación intermedia, en cierta forma, supuso un proceso de adaptación. Esa sobrecarga de información y de imágenes en circulación produjo un mundo hipervisual que parecía insostenible”, cuenta Lombardía, quien se define a sí misma como una “ecologista visual”. Tras imponerse una huelga de mil días sin compartir imágenes, decidiría reutilizar las preexistentes. “Creo que la sobreproducción de imágenes que tenemos resuena con la sobreproducción de información, y de todo tipo de bienes de consumo, que nos inunda”, añade.
A la autora le surge la necesidad de generar dinámicas de reutilización y reciclaje, recurriendo a la apropiación de imágenes que encuentra en su proceso de investigación para dar forma a obras polisémicas
De ahí surge la necesidad de la autora de generar dinámicas de reutilización y reciclaje, recurriendo a la apropiación de imágenes que encuentra en su proceso de investigación para dar forma a obras polisémicas, como El Anillo de Fertilidad (2024). Esta pieza circular, compuesta por trece imágenes apropiadas, funciona como un lugar de interconexiones y generación de conocimiento y alude a la dinámica circular de la vida. “Cuando hacemos una foto solo se memoriza un rectángulo: hay toda una información que perdemos”, advierte Lombardía. “Mi trabajo es muy obsesivo con todo eso que queda fuera del marco, con cómo producimos las imágenes, las distribuimos y las consumimos. Con esa parte menos visual del proceso, que a veces resulta muy difícil. De ahí la necesidad que ha surgido con los años de construir estructuras cada vez más complejas, ya no solo escultóricas, sino casi arquitectónicas, e incluir esas dinámicas como parte del proceso. Esa extensión que existe en la fotografía entre el círculo y el rectángulo, es lo que da inicio a la reflexión sobre este trabajo”.
La obra de Lombardía, mantiene conexiones con el arte conceptual y el minimalismo los años setenta, pero su enfoque se distancia de aquel contexto original para vincularse directamente con el uso de Internet
La obra de Lombardía, mantiene conexiones con el arte conceptual y el minimalismo los años setenta, pero su enfoque se distancia de aquel contexto original para vincularse directamente con el uso de Internet. Estructurada en capas de información, su obra parte de la historia y de las premisas de una investigación. Incorpora ironías y referencias al minimalismo, desafiando su enfoque formalista y su tradición masculina. “Feminismo, ecología y maternidad son tres ejes esenciales en la producción reciente de Lombardía”, apunta María Santoyo en el texto que acompaña a la muestra.
“Me interesa la idea de la fertilidad”, apunta. “La veo como una especie de obsesión que ha existido desde el principio de la humanidad. En nuestra sociedad parece haber una intersección entre fertilidad y productividad. Así, las piezas circulares reúnen imágenes que muestran cómo se ha abordado este tema, en distintos momentos históricos y en diversos países”. Encontraremos la imagen de una milpa — un sistema tradicional de agricultura maya, similar al barbecho, que lleva implícita la idea del ciclo—, la de una píldora anticonceptiva, y la de una torre fertilizante. Imágenes que el espectador irá decodificando para construir su propia interpretación.
Hay piezas que abordan la idea de la geometría de forma más evidente, como Identidades triangulares (2024), donde la pirámide, como estructura jerárquica, aparece invertida como representación de lo femenino. La artista se apropia de formas y símbolos desde distintas perspectivas.
En La ley de los senos (2024), encontramos un grabado que muestra a una mujer dando a luz dentro de un espacio triangular, creado por el uso de un tronco. Esta imagen, encontrada en una manual de ginecología, se superpone a la imagen de una obra de arte minimalista, y a una acuarela anónima que sigue un diseño repetitivo. “Me gusta utilizar recursos visuales persistentes. Soy de las que piensa que la originalidad en el arte no existe. Desde la historiografía del arte se generan una serie de narrativas, que deberían ser revisadas”, asegura Lombardía.
La exposición incluye una proyección de collages visuales compuestos por algunas de las miles de imágenes con las que trabaja la artista en busca de superposiciones y ritmos. Imágenes efímeras que forman parte de su proceso creativo y que, aunque no se hayan materializado en una pieza concreta, hablan del desafío de seguir interpretando las imágenes de manera crítica en un mundo de sobreabundancia.
Explorando el espacio entre lo visible y lo invisible, entre lo que se muestra y lo que queda fuera del marco, Lombardía abre nuevas perspectivas y diálogos en torno al poder de las imágenes para transformar y ampliar nuestra comprensión del mundo.
Lecciones de geometría. Ira Lombardía. Galería Alarcón Criado. Sevilla. Hasta el 16 de mayo.
En su última exposición, la artista explora cómo la geometría, lejos de ser neutral, puede estar cargada de significados políticos y sociales. El feminismo, la ecología y la maternidad vertebran su obra, dando lugar a nuevas lecturas sobre la imagen, la memoria y el poder visual
Ira Lombardía, (Asturias, 1977) lleva años indagando sobre la relación entre las imágenes y cómo, a lo largo de los tiempos y desde la iconografía, han sido apropiadas, interpretadas y reformuladas para generar distintos significados. Artista, investigadora y docente, trabaja con diferentes medios como el vídeo, el diseño gráfico o la escultura, y la fotografía. De esta última le interesa su vínculo con la realidad, y sus dinámicas en torno a la objetividad y la memoria. De ahí que, de manera constante, la artista desarrolla estrategias que cuestionan los paradigmas hegemónicos, como en Lecciones de geometría, su última exposición celebrada en la Galería Alarcón Criado, en Sevilla, donde alude a cómo algo, en apariencia, tan inocuo como la geometría puede estar lleno de contexto político y social.







Lombardía pertenece a una generación que aprendió con lo analógico y que, de algún modo, tuvo que desaprender con la llegada de Internet, los teléfonos inteligentes y las redes sociales. “Ser de esa generación intermedia, en cierta forma, supuso un proceso de adaptación. Esa sobrecarga de información y de imágenes en circulación produjo un mundo hipervisual que parecía insostenible”, cuenta Lombardía, quien se define a sí misma como una “ecologista visual”. Tras imponerse una huelga de mil días sin compartir imágenes, decidiría reutilizar las preexistentes. “Creo que la sobreproducción de imágenes que tenemos resuena con la sobreproducción de información, y de todo tipo de bienes de consumo, que nos inunda”, añade.
A la autora le surge la necesidad de generar dinámicas de reutilización y reciclaje, recurriendo a la apropiación de imágenes que encuentra en su proceso de investigación para dar forma a obras polisémicas
De ahí surge la necesidad de la autora de generar dinámicas de reutilización y reciclaje, recurriendo a la apropiación de imágenes que encuentra en su proceso de investigación para dar forma a obras polisémicas, como El Anillo de Fertilidad (2024). Esta pieza circular, compuesta por trece imágenes apropiadas, funciona como un lugar de interconexiones y generación de conocimiento y alude a la dinámica circular de la vida. “Cuando hacemos una foto solo se memoriza un rectángulo: hay toda una información que perdemos”, advierte Lombardía. “Mi trabajo es muy obsesivo con todo eso que queda fuera del marco, con cómo producimos las imágenes, las distribuimos y las consumimos. Con esa parte menos visual del proceso, que a veces resulta muy difícil. De ahí la necesidad que ha surgido con los años de construir estructuras cada vez más complejas, ya no solo escultóricas, sino casi arquitectónicas, e incluir esas dinámicas como parte del proceso. Esa extensión que existe en la fotografía entre el círculo y el rectángulo, es lo que da inicio a la reflexión sobre este trabajo”.
La obra de Lombardía, mantiene conexiones con el arte conceptual y el minimalismo los años setenta, pero su enfoque se distancia de aquel contexto original para vincularse directamente con el uso de Internet
La obra de Lombardía, mantiene conexiones con el arte conceptual y el minimalismo los años setenta, pero su enfoque se distancia de aquel contexto original para vincularse directamente con el uso de Internet. Estructurada en capas de información, su obra parte de la historia y de las premisas de una investigación. Incorpora ironías y referencias al minimalismo, desafiando su enfoque formalista y su tradición masculina. “Feminismo, ecología y maternidad son tres ejes esenciales en la producción reciente de Lombardía”, apunta María Santoyo en el texto que acompaña a la muestra.
“Me interesa la idea de la fertilidad”, apunta. “La veo como una especie de obsesión que ha existido desde el principio de la humanidad. En nuestra sociedad parece haber una intersección entre fertilidad y productividad. Así, las piezas circulares reúnen imágenes que muestran cómo se ha abordado este tema, en distintos momentos históricos y en diversos países”. Encontraremos la imagen de una milpa — un sistema tradicional de agricultura maya, similar al barbecho, que lleva implícita la idea del ciclo—, la de una píldora anticonceptiva, y la de una torre fertilizante. Imágenes que el espectador irá decodificando para construir su propia interpretación.
Hay piezas que abordan la idea de la geometría de forma más evidente, como Identidades triangulares (2024), donde la pirámide, como estructura jerárquica, aparece invertida como representación de lo femenino. La artista se apropia de formas y símbolos desde distintas perspectivas.

En La ley de los senos (2024), encontramos un grabado que muestra a una mujer dando a luz dentro de un espacio triangular, creado por el uso de un tronco. Esta imagen, encontrada en una manual de ginecología, se superpone a la imagen de una obra de arte minimalista, y a una acuarela anónima que sigue un diseño repetitivo. “Me gusta utilizar recursos visuales persistentes. Soy de las que piensa que la originalidad en el arte no existe. Desde la historiografía del arte se generan una serie de narrativas, que deberían ser revisadas”, asegura Lombardía.
La exposición incluye una proyección de collages visuales compuestos por algunas de las miles de imágenes con las que trabaja la artista en busca de superposiciones y ritmos. Imágenes efímeras que forman parte de su proceso creativo y que, aunque no se hayan materializado en una pieza concreta, hablan del desafío de seguir interpretando las imágenes de manera crítica en un mundo de sobreabundancia.
Explorando el espacio entre lo visible y lo invisible, entre lo que se muestra y lo que queda fuera del marco, Lombardía abre nuevas perspectivas y diálogos en torno al poder de las imágenes para transformar y ampliar nuestra comprensión del mundo.
Lecciones de geometría. Ira Lombardía. Galería Alarcón Criado. Sevilla. Hasta el 16 de mayo.
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