Esa diva, la canción con la que Melody representa a España en Eurovisión 2025, está dando para mucho. La cantante acaba de lanzar una versión sinfónica del tema grabada con la Orquesta y Coro de RTVE, semanas después de presentar la versión definitiva que sonará en mayo en Basilea (Suiza) y que ha contado con nuevos productores con respecto a la que triunfó en febrero en el Benidorm Fest.
Los cambios sonoros y la campaña de promoción que está haciendo RTVE y la cantante por toda Europa está dando sus frutos. Poco a poco, la propuesta española está escalando posiciones en las apuestas oficiales, aunque sigue alejada de los primeros puestos. Situada en un inicio en el puesto 33, después de mostrar la nueva versión de Esa diva, Melody subió al 30 y al llegar abril, ha vuelto a avanzar hasta el 28.
RTVE ha fichado para la producción de esta nueva versión del tema de Melody a Rick Parkhouse y George Tizzard, dúo británico conocido como Red Triangle que ha trabajado con artistas internacionales como Måneskin, Charlie Puth y Green Day. Para la parte clásica española de Esa diva, se ha contado con un joven productor musical con experiencia en el mercado europeo. Se trata de Guillem Vila Borras, valenciano afincado en Noruega, quien produce música para artistas del pop y electrónico de ese país.
Estas son las dos versiones de Esa diva y así analizan sus cambios varios expertos en producción musical.
Versión Benidorm Fest
Versión Eurovisión
Emilio Mercader, director artístico de MercaderLab y docente en la escuela de artes TAI, entiende que la versión original de Esa diva cuenta con “unos arreglos y una sonoridad cercana a lo que venía haciendo la artista años atrás, con algún toque más electrónico para acercarse al público de Eurovisión. Su propuesta para el Benidorm Fest se entendió bien en el concurso y en el país, prueba de ello es su victoria”, analiza.
“La instrumentación que podemos apreciar en la versión original está dispuesta sobre una base electrónica cercana al dance, con guitarras españolas, castañuelas y percusiones épicas que recuerdan al público general conceptos musicales relacionados con el flamenco y lo español”, cuenta Mercader. Mientras que la nueva versión pensada para competir en el mes de mayo en Basilea (Suiza) “evita el constante bombardeo de elementos que recuerden a la música que exportó España en décadas pasadas”, compara. Aunque esas melodías y acompañamientos de guitarra siguen apareciendo en la nueva Esa diva, lo hacen “de una forma mucho más comedida, dejando espacio a un nuevo arreglo de cuerda y un arpegio de guitarra española diferente”.
El bombo que va marcando las negras de cada compás y el pulso de la canción aparece más tarde en esta segunda versión, apunta Mercader: “Ahora surge en el preestribillo en vez de estar presente desde la primera estrofa. Y el estribillo está absolutamente despejado de guitarras y elementos españoles“.
“En el segundo preestribillo encontramos unos coros con textura vocoder —un sintetizador de voces— y el interludio de la canción recuerda a la propuesta de pop electrónico de artistas como Lady Gaga, para desembocar en una exhibición vocal de la interprete que siempre funciona en Eurovisión”, concluye Mercader.
Carlos Marco, artista relacionado dentro y fuera del escenario con casi todas las ediciones del Benidorm Fest y creador de varias academias musicales, como Jukebox, también ha analizado las diferencias objetivas que existen entre ambas versiones en cuanto a la producción, la instrumentación y el enfoque. Aunque ambas versiones de Esa diva comparten estructura y melodía principal, sus enfoques de producción son distintos, comenta Marco.
“La versión original tiene una instrumentación más elaborada, con una mezcla con más capas, matices y dinámicas. El tratamiento vocal es más natural y directo, y la construcción de cada sección ofrece contrastes y variedad armónica”, apunta el músico. “La versión para Eurovisión introduce una apertura sinfónica, prioriza los graves electrónicos y adopta un patrón rítmico más marcado, con influencia latina. La mezcla es más compacta y centrada en la pegada sonora, con un tratamiento vocal más procesado, cantada más sutil y el uso de coros como elemento destacado”, compara.
Mientras que la original “tiene un tratamiento rítmico más híbrido, menos marcado por lo urbano y más abierto en su estructura”, los patrones rítmicos de la versión eurovisiva “adoptan un enfoque más latino, con un patrón rítmico más marcado y cercano al reggaetón, reforzado por bajos electrónicos con sonidos en frecuencias graves”, prosigue.
“Ambas versiones emplean recursos diferentes para narrar la misma canción: la original, desde la riqueza armónica y la evolución sonora; la eurovisiva, desde la contundencia rítmica y la proyección teatral. No se trata de cuál es mejor o peor, sino de dos lecturas posibles de un mismo mensaje musical”, resume el artista, exmiembro de la banda Auryn.
¿Qué es un productor musical?
Emilio Mercader, director artístico de MercaderLab, explica a este periódico en qué consiste la labor de un productor musical: “Un productor musical es a la música lo que un director es al cine o al teatro en la parte más artística. También es quien se encargará de crear un sonido, una identidad, al fin y al cabo, una marca junto con la compañía discográfica si la hubiese o directamente con el artista”, comenta.
El sonido de una canción o un disco es “todo ese enjambre de arreglos, melodías, letras, instrumentación, armonías y rítmicas que convertirán al artista en único y reconocible”, comenta Mercader. “Para esto, los productores, hacemos uso de herramientas tales como la armonía, el ritmo o las letras, además de los instrumentos y sonoridades propias de cada estilo. De esta forma, podemos seducir al público al que el artista desea dirigirse”, continúa.
Es importante no equivocar el concepto de productor con el de arreglista o beatmaker, advierte Mercader. “En los últimos años se ha acuñado el término productor musical para referirse a personas que hacen arreglos, habitualmente con un ordenador, sobre una letra o crean bases rítmico/armónicas que conducirán a melodías y finalmente a una canción”, puntualiza.
Esa diva, la canción con la que Melody representa a España en Eurovisión 2025, está dando para mucho. La cantante acaba de lanzar una versión sinfónica del tema grabada con la Orquesta y Coro de RTVE, semanas después de presentar la versión definitiva que sonará en mayo en Basilea (Suiza) y que ha contado con nuevos productores con respecto a la que triunfó en febrero en el Benidorm Fest.Los cambios sonoros y la campaña de promoción que está haciendo RTVE y la cantante por toda Europa está dando sus frutos. Poco a poco, la propuesta española está escalando posiciones en las apuestas oficiales, aunque sigue alejada de los primeros puestos. Situada en un inicio en el puesto 33, después de mostrar la nueva versión de Esa diva, Melody subió al 30 y al llegar abril, ha vuelto a avanzar hasta el 28.RTVE ha fichado para la producción de esta nueva versión del tema de Melody a Rick Parkhouse y George Tizzard, dúo británico conocido como Red Triangle que ha trabajado con artistas internacionales como Måneskin, Charlie Puth y Green Day. Para la parte clásica española de Esa diva, se ha contado con un joven productor musical con experiencia en el mercado europeo. Se trata de Guillem Vila Borras, valenciano afincado en Noruega, quien produce música para artistas del pop y electrónico de ese país.Estas son las dos versiones de Esa diva y así analizan sus cambios varios expertos en producción musical.Versión Benidorm FestVersión EurovisiónEmilio Mercader, director artístico de MercaderLab y docente en la escuela de artes TAI, entiende que la versión original de Esa diva cuenta con “unos arreglos y una sonoridad cercana a lo que venía haciendo la artista años atrás, con algún toque más electrónico para acercarse al público de Eurovisión. Su propuesta para el Benidorm Fest se entendió bien en el concurso y en el país, prueba de ello es su victoria”, analiza.“La instrumentación que podemos apreciar en la versión original está dispuesta sobre una base electrónica cercana al dance, con guitarras españolas, castañuelas y percusiones épicas que recuerdan al público general conceptos musicales relacionados con el flamenco y lo español”, cuenta Mercader. Mientras que la nueva versión pensada para competir en el mes de mayo en Basilea (Suiza) “evita el constante bombardeo de elementos que recuerden a la música que exportó España en décadas pasadas”, compara. Aunque esas melodías y acompañamientos de guitarra siguen apareciendo en la nueva Esa diva, lo hacen “de una forma mucho más comedida, dejando espacio a un nuevo arreglo de cuerda y un arpegio de guitarra española diferente”.El bombo que va marcando las negras de cada compás y el pulso de la canción aparece más tarde en esta segunda versión, apunta Mercader: “Ahora surge en el preestribillo en vez de estar presente desde la primera estrofa. Y el estribillo está absolutamente despejado de guitarras y elementos españoles“.“En el segundo preestribillo encontramos unos coros con textura vocoder —un sintetizador de voces— y el interludio de la canción recuerda a la propuesta de pop electrónico de artistas como Lady Gaga, para desembocar en una exhibición vocal de la interprete que siempre funciona en Eurovisión”, concluye Mercader.Carlos Marco, artista relacionado dentro y fuera del escenario con casi todas las ediciones del Benidorm Fest y creador de varias academias musicales, como Jukebox, también ha analizado las diferencias objetivas que existen entre ambas versiones en cuanto a la producción, la instrumentación y el enfoque. Aunque ambas versiones de Esa diva comparten estructura y melodía principal, sus enfoques de producción son distintos, comenta Marco.“La versión original tiene una instrumentación más elaborada, con una mezcla con más capas, matices y dinámicas. El tratamiento vocal es más natural y directo, y la construcción de cada sección ofrece contrastes y variedad armónica”, apunta el músico. “La versión para Eurovisión introduce una apertura sinfónica, prioriza los graves electrónicos y adopta un patrón rítmico más marcado, con influencia latina. La mezcla es más compacta y centrada en la pegada sonora, con un tratamiento vocal más procesado, cantada más sutil y el uso de coros como elemento destacado”, compara.Mientras que la original “tiene un tratamiento rítmico más híbrido, menos marcado por lo urbano y más abierto en su estructura”, los patrones rítmicos de la versión eurovisiva “adoptan un enfoque más latino, con un patrón rítmico más marcado y cercano al reggaetón, reforzado por bajos electrónicos con sonidos en frecuencias graves”, prosigue.“Ambas versiones emplean recursos diferentes para narrar la misma canción: la original, desde la riqueza armónica y la evolución sonora; la eurovisiva, desde la contundencia rítmica y la proyección teatral. No se trata de cuál es mejor o peor, sino de dos lecturas posibles de un mismo mensaje musical”, resume el artista, exmiembro de la banda Auryn.¿Qué es un productor musical?Emilio Mercader, director artístico de MercaderLab, explica a este periódico en qué consiste la labor de un productor musical: “Un productor musical es a la música lo que un director es al cine o al teatro en la parte más artística. También es quien se encargará de crear un sonido, una identidad, al fin y al cabo, una marca junto con la compañía discográfica si la hubiese o directamente con el artista”, comenta.El sonido de una canción o un disco es “todo ese enjambre de arreglos, melodías, letras, instrumentación, armonías y rítmicas que convertirán al artista en único y reconocible”, comenta Mercader. “Para esto, los productores, hacemos uso de herramientas tales como la armonía, el ritmo o las letras, además de los instrumentos y sonoridades propias de cada estilo. De esta forma, podemos seducir al público al que el artista desea dirigirse”, continúa.Es importante no equivocar el concepto de productor con el de arreglista o beatmaker, advierte Mercader. “En los últimos años se ha acuñado el término productor musical para referirse a personas que hacen arreglos, habitualmente con un ordenador, sobre una letra o crean bases rítmico/armónicas que conducirán a melodías y finalmente a una canción”, puntualiza. Seguir leyendo EL PAÍS