<p><strong>Damiano David</strong> (Roma, 1999) entra en la habitación como si el escenario lo siguiera a todas partes. No hay focos, ni guitarras eléctricas, ni fans gritando su nombre. Pero su presencia -magnética, intensa, casi teatral- llena el espacio. A los 26 años, el músico que recogió semidesnudo el <i>eurovisivo </i>micrófono de cristal junto a la banda <strong>Måneskin </strong>ha iniciado un viaje en solitario, prescindiendo de artificios y dejándose ver, por primera vez en su carrera, <strong>sin ese descaro que convirtió en religión</strong>.</p>
Dejó temporalmente el rock performático de Måneskin, con el que triunfó en Eurovisión, para embarcarse en un proyecto en solitario en el que, asegura, es más él que nunca música, cultura, Conciertos, Artículos Raquel R. Incertis Música