La violencia machista tiene su propia brecha generacional. El 67% de las mujeres mayores de 65 años víctimas de esa violencia lo han sido durante más de dos décadas. Representan el 13,2% de las asesinadas desde que empezó a hacerse el recuento oficial en 2003. En lo que va de año, ya son tres de un total de 10 las mujeres que superan esa edad las asesinadas por sus parejas o exparejas. Son víctimas doblemente olvidadas. Por un lado, el número de denuncias que presentan es ínfimo, en torno al 0,9%. Por otro, los recursos movilizados por la Administración están diseñados para un perfil de mujer más joven, más capacitada laboral y tecnológicamente.
Menos del 1 % de las mujeres mayores de 65 años denuncia cuando sufre violencia machista
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional
Menos del 1 % de las mujeres mayores de 65 años denuncia cuando sufre violencia machista


La violencia machista tiene su propia brecha generacional. El 67% de las mujeres mayores de 65 años víctimas de esa violencia lo han sido durante más de dos décadas. Representan el 13,2% de las asesinadas desde que empezó a hacerse el recuento oficial en 2003. En lo que va de año, ya son tres de un total de 10 las mujeres que superan esa edad las asesinadas por sus parejas o exparejas. Son víctimas doblemente olvidadas. Por un lado, el número de denuncias que presentan es ínfimo, en torno al 0,9%. Por otro, los recursos movilizados por la Administración están diseñados para un perfil de mujer más joven, más capacitada laboral y tecnológicamente.
Un reciente informe del Defensor del Pueblo alerta sobre esta situación, poniendo de relieve que la violencia contra este colectivo está “oculta”, es decir, normalizada. Muchas de esas víctimas no se ven capaces de denunciar y tienen serias dificultades para salir del entorno violento, a lo que se suma que las que sí consiguen pedir ayuda se encuentran con servicios no siempre adaptados a su realidad.
Las razones que retienen mayoritariamente a esas mujeres en la inacción frente a la violencia que sobre ellas ejercen sus parejas se relacionan, fundamentalmente, con el contexto sociopolítico en el que crecieron —el tardofranquismo— que primaba por encima de todo mantener a la familia unida. A ello hay que sumarle en muchos casos que dependen económicamente de su pareja.
Algunos estudios que han analizado la atención prestada por los servicios sociales a las mayores de 65 años víctimas de violencia machista concluyen que no se contemplan acciones suficientes para ese corte de edad pese a que los profesionales son conocedores de que la violencia se ejerce en ellas de forma distinta a la sufrida por las mujeres más jóvenes. Las administraciones públicas y, especialmente, el Ministerio de Igualdad, deben hacer un esfuerzo específico y orientar parte de los recursos disponibles para las víctimas atendiendo a su realidad y a sus necesidades, tanto socioeconómicas como culturales. Para romper la barrera de la invisibilidad sería útil además añadir nuevos rostros a las campañas de prevención para que se reconozca también a unas mujeres que, a efectos de sensibilidad social, parecen estar en un opaco segundo plano. Se trata de no permitir que la cultura y la tradición dominantes hace décadas sigan influyendo en la pérdida de vidas de mujeres a manos de los hombres o en existencias condenadas al maltrato.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Añadir usuarioContinuar leyendo aquí
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Flecha
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos
Más información
Archivado En
Opinión en EL PAÍS