Taylor Swift llevaba semanas barrutando algo. Había ido dejando pistas, sus famosos huevos de Pascua pero, como siempre, su poderío ha llegado mucho más allá de la imaginación de sus fan. Este viernes, la cantante de Pensilvania, de 35 años, ha anunciado no el lanzamiento de un disco o alguna regrabación, sino que recupera los derechos de las grabaciones de sus primeros seis discos: lo que le da control absoluto, por primera vez, de toda su obra.
Así lo ha anunciado en sus redes,pero también en un comunicado muy extenso en forma de carta en su página web. “Toda la música que he hecho, ahora me pertenece a mí”, ha escrito en dicha carta. Swift había perdido los derechos de esos seis primeros discos, pero durante el último par de años ha regrabado el segundo (Fearless), tercero (Speak Now), cuarto (Red) y quinto (1989). En los pasados American Music Awards, a principios de semana, dio pistas que apuntaban al lanzamiento del sexto y más esperado, Reputation. Pero hoy la sorpresa ha sido otra: se hace con todos.
La pérdida de los derechos de sus seis primeros discos por parte de la artista es uno de los episodios más oscuros y dolorosos de su carrera. En el año 2019, Swift decidió abandonar Big Machine, la que fue su discográfica desde que empezó su carrera, con 15 años. Entonces el dueño de la misma, Scott Borchetta, se convirtió en propietario de todos los masters de la artista, lo que implicaba poseer tanto sus canciones como los derechos de autor de las mismas, ya sea en forma de letras, grabaciones o vídeos. Eso supone cientos de canciones, todo lo que le pertenecía entre 2006, cuando lanzó su primer álbum, llamado Taylor Swift, y 2017, con el sexto, Reputation.
Aunque ella, como contó, asumía que eso podía llegar a pasar, lo que jamás imaginó es que no le dieran ni siquiera la oportunidad de comprar por sí misma ese catálogo. De hecho, hubo una vuelta peor: meses después, un empresario y mánager de cantantes como Justin Bieber y Demi Lovato, muy conocido dentro del gremio musical, Scooter Braun, le compró Big Machine a Borchetta por 300 millones de dólares, unos 265 millones de euros. Se calcula que la mitad del valor de esa compra era por el trabajo de Swift.
Desde que perdió los derechos, algo que calificó como “el peor escenario posible”, Swift se embarcó en una batalla legal y cultural por recuperar el control de su música, y anunció que volvería a grabar los discos bajo sus propios términos (para recuperar el control creativo y económico de su trabajo). Así nacieron las Taylor’s Version: un éxito comercial que terminó por convertirse también en un movimiento simbólico. Entre 2021 y 2023, Swift volvió a grabar sus álbumes Fearless (lanzado originalmente en 2008), Red (2012), Speak Now (2010) y 1989(2014).
Ese exitoso catálogo se presentó en su gira The Eras Tour, que recorrió el mundo entre 2023 y 2024, pasando por Madrid en mayo del año pasado. Esa gira se convirtió en la primera de la historia en recaudar mil millones de dólares (cerca de 900 millones de euros) y, finalmente, superó los 2 mil millones de dólares(más de 1.900 millones de euros) en total. “El apoyo apasionado que le mostraron a esos álbumes y la historia de éxito en la que convirtieron a The Eras Tour, es la razón por la que he podido recomprar mi obra. No puedo agradecerles lo suficiente por ayudarme a reunirme con el arte al que he dedicado mi vida”, cuenta Swift a sus fans en la carta.
Big Machine, la antigua discográfica de la estrella del pop, había vendido el catálogo en 2019, dando pie a las populares regrabaciones bajo el nombre ‘Taylor’s Version’ EL PAÍS