El sábado 28 de junio fue el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, una fecha en la que se convocan manifestaciones en todo el mundo para reivindicar la presencia, la visibilidad y la igualdad de derechos de las personas del colectivo. Desgraciadamente, también en ese día se registran agresiones de odio. Y a plena luz del día durante eventos multitudinarios, como sucedió en Burgos.
Con motivo de las fiestas de San Pedro y San Pablo, el Ayuntamiento burgalés había programado un concierto de la cantante de trap Metrika. El evento tuvo que ser cancelado porque parte del público agredió a una de sus bailarinas. “No hemos podido hacer la actuación”, dijo la artista en un vídeo publicado en Instagram. “Nada más empezar nos han empezado a tirar cosas. Me han empezado a llamar maricón, hijo de puta, chupapollas… a desearme la muerte…”, describía entre lágrimas. El consistorio (regido por el PP y Vox) lamentó las agresiones. Pero no ha emitido una condena institucional, según denuncian varias organizaciones LGTBIQ+ que convocaron este lunes una protesta en repulsa por lo sucedido.
En la madrugada del domingo al lunes, otro joven sufrió un ataque homófobo en las calles de Alicante. Lo denunció él mismo ante la Policía y en sus redes sociales, donde pidió ayuda para tratar de identificar a los agresores. Uno de ellos era un menor que fue detenido este miércoles por la Policía acusado de participar en la agresión. “Sufrí un ataque brutal, homófobo e injustificado por parte de tres individuos”, escribió en una publicación en Instagram que acompañaba a un vídeo en el que se veía cómo le lanzaban una botella de cristal que impactaba sobre su rostro. Tras la agresión, @Danielcampxs quiso reivindicarse: “Os digo algo: yo tengo confianza en mí. Yo sé quién soy. Yo sé que siendo tal y como soy no hago daño a nadie. Pero hay muchísima gente que no tiene esa confianza. Muchísima gente que, cuando sufre un ataque homófobo, siente que es su culpa, que tienen que esconderse, que merecen el odio. Y nada más lejos de la realidad”. “Ser gay no es el problema. La homofobia, sí”, zanjaba.
Y, claro, no todas las agresiones son físicas. Hace unos días, Fernando de Córdoba (@gamusino.es) compartió en Bluesky la traducción de una pancarta que se exhibió en un estadio: “Ten cuidado con a quien odias porque podría ser alguien a quien amas”, rezaba el texto que acompañaba a la silueta oscura de un adulto junto a la silueta arcoíris de un menor. Fernando quiso reflexionar sobre el mensaje, que a su parecer no se limita a la LGTBIfobia: “Habla de que nuestro odio, muchas veces concebido en abstracto, afecta a personas concretas, a veces más cercanas a nosotros de lo que creemos. De que nuestras actitudes tienen impacto en las vidas de quienes nos rodean de manera profunda. Lo que hizo que yo tardase años en salir del armario no fue que nadie me dijese directamente ‘como seas gay te vamos a zurrar’, sino esas bromas de compañeros de ‘culo en pared que pasamos por Chueca’, ‘vaya maricona es Boris Izaguirre’ … odio abstracto que a mí me llegaba de manera directa”.
Lamentablemente, todavía hoy sigue habiendo agresiones homófobas, y machistas, y racistas. Físicas y verbales. Y lo peor es que este tipo de actos parecen estar respaldados por algunas formaciones políticas: solo hay que pasarse por sus perfiles en redes sociales, escuchar los mensajes que pronuncian en público y, sobre todo, ver que en ningún momento condenan tajantemente este tipo de agresiones. Lo decía la bailarina de Metrika en su vídeo: “Estamos en 2025 y las cosas no cambian”.
El sábado 28 de junio fue el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, una fecha en la que se convocan manifestaciones en todo el mundo para reivindicar la presencia, la visibilidad y la igualdad de derechos de las personas del colectivo. Desgraciadamente, también en ese día se registran agresiones de odio. Y a plena luz del día durante eventos multitudinarios, como sucedió en Burgos.Con motivo de las fiestas de San Pedro y San Pablo, el Ayuntamiento burgalés había programado un concierto de la cantante de trap Metrika. El evento tuvo que ser cancelado porque parte del público agredió a una de sus bailarinas. “No hemos podido hacer la actuación”, dijo la artista en un vídeo publicado en Instagram. “Nada más empezar nos han empezado a tirar cosas. Me han empezado a llamar maricón, hijo de puta, chupapollas… a desearme la muerte…”, describía entre lágrimas. El consistorio (regido por el PP y Vox) lamentó las agresiones. Pero no ha emitido una condena institucional, según denuncian varias organizaciones LGTBIQ+ que convocaron este lunes una protesta en repulsa por lo sucedido. View this post on Instagram A post shared by MarcDa (@maarcda)En la madrugada del domingo al lunes, otro joven sufrió un ataque homófobo en las calles de Alicante. Lo denunció él mismo ante la Policía y en sus redes sociales, donde pidió ayuda para tratar de identificar a los agresores. Uno de ellos era un menor que fue detenido este miércoles por la Policía acusado de participar en la agresión. “Sufrí un ataque brutal, homófobo e injustificado por parte de tres individuos”, escribió en una publicación en Instagram que acompañaba a un vídeo en el que se veía cómo le lanzaban una botella de cristal que impactaba sobre su rostro. Tras la agresión, @Danielcampxs quiso reivindicarse: “Os digo algo: yo tengo confianza en mí. Yo sé quién soy. Yo sé que siendo tal y como soy no hago daño a nadie. Pero hay muchísima gente que no tiene esa confianza. Muchísima gente que, cuando sufre un ataque homófobo, siente que es su culpa, que tienen que esconderse, que merecen el odio. Y nada más lejos de la realidad”. “Ser gay no es el problema. La homofobia, sí”, zanjaba. View this post on Instagram A post shared by Daniel Campos (@danielcampxs)Y, claro, no todas las agresiones son físicas. Hace unos días, Fernando de Córdoba (@gamusino.es) compartió en Bluesky la traducción de una pancarta que se exhibió en un estadio: “Ten cuidado con a quien odias porque podría ser alguien a quien amas”, rezaba el texto que acompañaba a la silueta oscura de un adulto junto a la silueta arcoíris de un menor. Fernando quiso reflexionar sobre el mensaje, que a su parecer no se limita a la LGTBIfobia: “Habla de que nuestro odio, muchas veces concebido en abstracto, afecta a personas concretas, a veces más cercanas a nosotros de lo que creemos. De que nuestras actitudes tienen impacto en las vidas de quienes nos rodean de manera profunda. Lo que hizo que yo tardase años en salir del armario no fue que nadie me dijese directamente ‘como seas gay te vamos a zurrar’, sino esas bromas de compañeros de ‘culo en pared que pasamos por Chueca’, ‘vaya maricona es Boris Izaguirre’ … odio abstracto que a mí me llegaba de manera directa”. Lamentablemente, todavía hoy sigue habiendo agresiones homófobas, y machistas, y racistas. Físicas y verbales. Y lo peor es que este tipo de actos parecen estar respaldados por algunas formaciones políticas: solo hay que pasarse por sus perfiles en redes sociales, escuchar los mensajes que pronuncian en público y, sobre todo, ver que en ningún momento condenan tajantemente este tipo de agresiones. Lo decía la bailarina de Metrika en su vídeo: “Estamos en 2025 y las cosas no cambian”. Seguir leyendo EL PAÍS