<p>El 30 de octubre de 2025 sale al mercado el cómic de <i>Macarras interseculares</i>, la adaptación gráfica del aclamado ensayo de Iñaki Domínguez, autor en <strong>GRAN MADRID</strong> de una de sus series más longevas, La Ley de la Calle, un bestiario de personajes, barrios, discotecas y modas de los años 60 hasta el nuevo siglo.</p>
El ensayo icono de la cultura urbana madrileña de final de siglo se convierte ahora en historia de viñetas, con guion del colaborador de GRAN MADRID y autor de la serie ‘La Ley de la calle’
El 30 de octubre de 2025 sale al mercado el cómic de Macarras interseculares, la adaptación gráfica del aclamado ensayo de Iñaki Domínguez, autor en GRAN MADRID de una de sus series más longevas, La Ley de la Calle, un bestiario de personajes, barrios, discotecas y modas de los años 60 hasta el nuevo siglo.
Capítulos que bebieron en sus inicios del libro que ahora se transforma en viñetas. Publicada por Astiberri Ediciones en su colección Sillón Orejero, esta obra de 160 páginas en color, con tapas duras y formato 19×27 cm, promete ser un referente para los amantes de la crónica urbana y la contracultura.
A un precio de 20 euros, el volumen no solo revive la historia oral del macarrismo madrileño, sino que la transforma en un cómic vibrante, guionizado por el propio Domínguez y dibujado por Marina Cochet. Esta edición se presenta como un puente entre la literatura y la ilustración, capturando la esencia cruda de una Madrid que ya no existe en 2025, pero que late en la memoria colectiva de generaciones.
Iñaki Domínguez, antropólogo y periodista madrileño (aunque nacido en Barcelona), ya enganchó al público en 2020 con la versión literaria homónima, editada por Melusina, que se convirtió en un libro de culto por su retrato visceral de la marginalidad madrileña. En el prólogo de esta adaptación gráfica, Domínguez estima que «la relación entre el cómic y la cultura underground siempre ha sido estrecha, y, en este caso, la estética macarra resulta particularmente propicia para ser transferida al terreno ilustrado».
Su guión teje testimonios reales de personajes icónicos -desde matones veteranos hasta supervivientes de la heroína- en una narrativa no lineal que salta décadas, evocando el caos y la libertad de la calle. Domínguez infunde al texto una pasión nostálgica por esos «tiempos más peligrosos pero también más libres», donde el indómito macarra campaba a sus anchas.
Por su parte, Marina Cochet, ilustradora madrileña, aporta el alma visual a esta crónica. Sus dibujos, con un trazo dinámico y expresionista, transmiten la crudeza del submundo: sombras densas para las peleas entre rockers y mods, explosiones de color para la Movida, y siluetas etéreas para las leyendas urbanas. Cochet logra dar cuerpo a una «experiencia intensa que expresa magistralmente el pálpito y la crudeza del ámbito clandestino», según describe la editorial.
Su estilo, influido por el cómic alternativo europeo, no solo ilustra, sino que narra: cada viñeta es un portal a un Madrid pre-gentrificado, donde Lavapiés era un hervidero castizo y salvaje, y las bases militares yankis inyectaban rock ‘n’ roll en los 60. El trabajo de la ilustradora es impecable.
Esta publicación llega en un momento oportuno. Madrid, hoy globalizada y turística, ha perdido gran parte de su pulso underground, pero Macarras interseculares lo rescata con maestría. El cómic no idealiza: muestra la violencia, las adicciones y las desigualdades, pero también la solidaridad callejera y la creatividad nacida del hastío. Astiberri, editorial puntera en novela gráfica, lo lanza como una de sus novedades estrella de octubre 2025, junto a otros títulos que exploran la memoria histórica.
Ya en preventa en diversas plataformas, el volumen ha generado expectación en redes, con ilustraciones teaser que muestran las propias entrevistas que el propio Domínguez realizó en su momento a leyendas como Dum Dum Pacheco. Para los fans del género, es un must-read: une el rigor periodístico de Domínguez con la poesía gráfica de Cochet, creando un artefacto que no solo documenta, sino que inmersa.
En definitiva, Macarras interseculares no es solo un cómic; es un manifiesto contra el olvido. El 30 de octubre, cuando las estanterías se llenen de sus tapas cartoné, Madrid recuperará un pedazo de su alma, esa cadena de rebeldes que, de los 60 a los 2000, forjaron la ciudad con navajas, vinilos y sueños rotos. Una obra imprescindible para entender por qué la capital, pese a sus cambios, sigue siendo un imán para los indomables.
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