Hubo un momento, a medidos de los 2000, en que la gran constelación de museos Guggenheim que iba a desplegarse por el mundo se apagó. En 2016, el centro para Helsinki no superó, por segunda vez, la idea de proyecto y, ese mismo año, cerró sus puertas el de Berlín, abierto en 1997. Por el camino, ya se habían quedado el de Salzburgo, Río de Janeiro, Guadalajara (México), Seúl, Taichun (Taiwan) y el del sur de Manhattan, una supuesta segunda sede para Nueva York. Quedaron entonces solo dos instituciones por sacar adelante: la de Abu Dabi y la de Urdaibai, en una reserva de la biosfera en el País Vasco. Dos espacios que se unirán, a la espera de confirmación, al de Manhattan, Bilbao y la Colección Peggy Guggenheim en Venecia, las tres únicas sedes que mantiene la Fundación Solomon R. Guggenheim.
La Fundación Solomon proyectó sedes en distintos países a mediados de los 2000, pero solo se está construyendo la del golfo Pérsico y está en el aire un segundo centro en el País Vasco
Hubo un momento, a medidos de los 2000, en que la gran constelación de museos Guggenheim que iba a desplegarse por el mundo se apagó. En 2016, el centro para Helsinki no superó, por segunda vez, la idea de proyecto y, ese mismo año, cerró sus puertas el de Berlín, abierto en 1997. Por el camino, ya se habían quedado el de Salzburgo, Río de Janeiro, Guadalajara (México), Seúl, Taichun (Taiwan) y el del sur de Manhattan, una supuesta segunda sede para Nueva York. Quedaron entonces solo dos instituciones por sacar adelante: la de Abu Dabi y la de Urdaibai, en una reserva de la biosfera en el País Vasco. Dos espacios que se unirán, a la espera de confirmación, al de Manhattan, Bilbao y la Colección Peggy Guggenheim en Venecia, las tres únicas sedes que mantiene la Fundación Solomon R. Guggenheim.
Tras la muerte de Frank Gehry, el pasado 5 de diciembre, el arquitecto que ha diseñado los últimos proyectos de la Fundación Guggenheim, aparecieron en la prensa especializada en arte fotos del edificio que ideó para Abu Dabi. Este gran museo tendría que haberse terminado en 2025 para su inauguración en 2026, pero aún hoy se ven las grúas y parte del esqueleto de la estructura.

Han pasado 20 años desde que se vio el primer boceto de este edificio que se empezó a construir en 2011 en la parte noroeste de la isla Saadiyat, donde está proyectado el Distrito Cultural de uno de los siete países de la federación de Emiratos Árabes Unidos. Gehry diseñó el mayor Guggenheim del mundo, que se extenderá por 42.000 metros cuadrados (el de Bilbao tiene 24.000 y el de Nueva York no llega a 5.000). Las obras pararon en 2019 y se retomaron tras la pandemia. Por el momento, ni la fundación ni la empresa de desarrollo de turismo de Abu Dani, dueña del proyecto, han concretado una fecha de inauguración en la isla, donde ya se pueden visitar la franquicia del Louvre y el Museo Nacional Zayed, la institución local.

La próxima semana se celebrará una reunión clave en el patronato del Guggenheim para decidir el futuro de la sede de Urdaibai, en una reserva de la bioesfera en el País Vasco. El plazo de ejecución expira ahora y sigue sin haber un acuerdo entre las administraciones públicas vascas y las asociaciones vecinales que se oponen al proyecto en esta zona.
Las disputas locales fueron clave también para que el museo para Helsinki se quedara en el papel. Las autoridades locales rechazaron en 2012 el proyecto original por ocho votos contra siete, al considerarlo demasiado costoso. En el verano de 2015, el estudio francés Moreau Kusunoki ganó el concurso arquitectónico convocado por la Fundación Solomon R. Guggenheim para diseñar un nuevo museo en la ciudad finesa. La fundación neoyorquina convocó este concurso arquitectónico para intentar ganarse el favor de la opinión pública finlandesa y de los políticos locales más reticentes, presentando un diseño totalmente acabado y lo más atractivo posible.
Solo un año después, en 2016, el Ayuntamiento de la ciudad volvió a rechazar, en esa ocasión para siempre, un complejo formado por nueve pabellones y una torre de madera y vidrio, ubicado en el céntrico puerto sur de la capital finlandesa. Para el despliegue, el Consistorio reservó un solar de 18.520 metros cuadrados, de los que 12.000 se destinarían al edificio, con un espacio expositivo similar al del museo Guggenheim de Nueva York.

En el caso de Berlín, el acuerdo entre la Fundación Guggenheim y el Deutsche Bank terminó en 2012, tras casi 15 años. Situado cerca de la Isla de los Museos y en plena Unter den Linden, la emblemática avenida que la conecta con la Puerta de Brandeburgo, el Deutsche Guggenheim —como se conoció al espacio artístico— fue uno de los iconos internacionales de la organización.
La alianza entre el banco y la fundación permitió crear una colección que se fue enriqueciendo con encargos anuales a creadores contemporáneos. En el listado había destacados nombres: Anish Kapoor, Gabriel Orozco, Gerhard Richter y Bill Viola, entre otros.

Cuando se anunció el cierre, ninguna de las partes dio explicaciones. La imprecisa promesa de “reformular la relación entre Deutsche Bank y Guggenheim” no fructificó. Un tiempo después, la entidad bancaria inauguró el espacio Deutsche Bank KunstHalle, centrado en la promoción de artistas emergentes y la exposición de sus obras. La institución cerró en 2018 y se recicló en el centro cultural PalaisPopulaire.
Juan Ignacio Vidarte, anterior director de Guggeheim Bilbao y el que fuera responsable de la expansión internacional de la Fundación Solomon R. Guggenheim, ya avisaba en 2012, tras el fracaso de la votación sobre la sede de Helsinki, de que la estrategia expansiva de la institución empezaba a virar. Entonces, el gestor se refirió a “proyectos sin ubicación específica”, en una entrevista en EL PAÍS. Más de una década después, el futuro más cercano y concreto está en una isla del golfo Pérsico.
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